
Como pareja de Lior y sumisa de mi Amo, para mi Su disciplina doméstica representa dirección, descanso y erotismo (en ese orden).
Dirección como una decisión propia y bien pensada de dejar mi cuerpo, mente y corazón en manos de Lior, a quien amo y en quien confío.
Dirección como una forma de aprender a escuchar un No, aceptar que estoy por debajo de Su mano, y que siempre acataré Sus órdenes, representativas de Su amor y cuidado.
Descanso como una forma de encontrar alivio y suavidad. Descanso en sentirme adormilada en Su abrazo, mi refugio y en Sus ojos, mis grandes cuidadores.
Erotismo por las sensaciones que me produce Su imposición y calma. Su seguridad y Su deseo por mi. Y el deseo perverso que navega entre ambos.Para mí la disciplina es necesaria, porque quiero mantener una pareja con valores tradicionales que sostenga a una familia moderna, enriquecida por ser padres seguros y satisfechos en su privacidad – que de paso, no atañe a nadie más -.
Para mí Su disciplina, Su mano, Su correa, Su pluma, Su rincón, son Sus maneras de mantenerme siempre mi lugar, para aprender a callar cuando tome el pulso de desafiar, y demostrar en cada acto que solo Él tiene el poder de guiarme y yo el poder de satisfacerlo.
Ser corregida es una manera de aprender a discutir sin pelear – una manera más en una pareja más, de resolver sus conflictos y diferencias -; y de ganar el gran premio humano de aprender a sostener mis argumentos sin caer en herir a un otro.
Nuestra disciplina representa también para Él un deber. El deber de estar a la altura, sin dejarse llevar por la molestia, sin guardar rencores. Representa el imperativo de mantenerse integro, honesto, guardando los dobleces de Su personalidad para los demás, nunca para mí.
Representa un desafío para ambos, el de ser mejores personas.
Sé que no siempre le gustará disciplinarme, y yo no siempre querré Su disciplina, pero en toda decisión hay un margen de confusión e idealización de lo que no es presente. En toda decisión hay duda, y en toda duda hay elección.
No quiero libertad. Quiero estar en Su mano, llegar a Sus horas, ver lo que quiera bajo Su permiso, salir solo cuando lo tenga permitido. Vestirme solo para Sus ojos, exponerme solo cuando Él quiera presumirme, ser Su mujer. Suya. De Su uso y cuidado.
Aceptar sin cuestionar por la enorme confianza que tengo en él. Perdonar cuando se equivoqué, buscar Su perdón cuando lo haga yo.
No imagino mi vida sin mi Amo.
No quiero una vida sin Lior.
No quiero dejar de ser valorada y entrenada, amada, acariciada y corregida.
Yo soy Su mujer, Su compañera. También soy Su bebé que toma mamadera, y la adulta que se porta mal y necesita un escarmiento. Soy un dulce que se puede comer, y un pecho en el que puede llorar. Soy quien lo hace feliz, y Él es a quien amo.